La esperanza cristiana más allá de la muerte. El Alma inmortal. ¿Cómo será el Juicio Final? El fin del mundo: ¡Llegará el Reino de Dios!

PARTE 1

“No has oído con qué tono de tristeza se lamentan los mundanos de que «cada día que pasa es morir un poco»?
Pues, yo te digo: alégrate, alma de apóstol, porque cada día que pasa te aproxima a la Vida” 
San José María Escrivá de Balaguer

Por Raúl Alonso raul@catolicosfirmesensufe.org

Hermanos,

Ahora vamos a platicarles sobre un tema que no agrada a muchos y que el mundo en general desprecia: la muerte.

En nuestra vida hemos enfrentado situaciones en donde algún amigo, o familiar muere. En algunos casos habremos ido a algún funeral o entierro donde los familiares y/o amigos están literalmente destrozados y sufren mucho, a veces incluso reclamándole a Dios “Porque te lo llevaste??” Hermanos, por más doloroso que sea la partida de alguien, jamás debemos de tomar esa posición, Dios sabe más que nosotros, y hace lo que mejor conviene para nosotros, no niego que hay cosas que pasan que no las entendemos, como cuando pasa algo que no va con la lógica humana, como la muerte de un hijo, sin embargo debemos de comprender que aun en la muerte de alguien amado o justo obra Dios, Cuantas veces no pasa que familias que no iban a misa al caer enfermo alguien se acercan más a Dios? O personas incrédulas se convierten al ver al amor cristiano del que enfrenta la muerte? “Causas terceras” es como se le conoce, y es cuando Dios hace que los tibios, o fríos recuerden que son mortales y los llama a Él. Ya depende de nosotros el tomar a Dios en nuestro corazón a pesar de la prueba.
Nuestro deber es siempre estar preparados para rendir cuentas a Dios, o sea debemos de estar en gracia de Dios: Confesados recientemente, sin pecado mortal. De preferencia habiendo comulgado al menos en la misa dominical. Dios es tan misericordioso que nos da hasta el último momento de nuestra vida para arrepentirnos e ir hacia Él:

I Tim 2,4 que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad.

Debemos pues prepararnos para tener una muerte santa (ojo: no hablo de la aberración idolátrica llamada “san muerte/santa muerte”), esto lo logramos durante nuestra vida estando en gracia, cooperando con ella para dar frutos buenos.

Hay un famoso párrafo de un poema de Santa Teresita que dice:

Muero porque no muero
Vivo sin vivir en mí
Y tan alta vida espero
Que muero porque no muero.

Entendiéndose correctamente ese poema la Santa nos dice que ella ve con buenos ojos y anhela esta ya con Dios, sabe que Jesús cumple sus promesas, y ella se esfuerza por ser fiel a Cristo, así que la muerte solo es un paso a algo mucho mejor.

Probablemente alguien me catalogue como insensible o piense que digo que la muerte se debe de tomar a la ligera y uno no debe ni llorar por la pena que se siente al perder ese familiar. Pero no, solo digo que como cristianos debemos de tener la Esperanza de que hay una Vida Eterna, y que esperamos que nuestro fallecido este con Dios gozando de su Gloria. Por cierto, Jesús lloró ante la muerte de su amigo Lázaro! Porque El como nosotros tuvo esos sentimientos, así que no es malo vivir el duelo, no olviden pedir misas, ofrecer comuniones y orar mucho por los difuntos.

Es cierto que cuando se ora por alguien que fue condenado sufre más?
No, para nada, simplemente tu oración no le sirve a el/ella pero le servirá a alguien más que este purgando.

La inmortalidad del alma.

Primero lo primero, definamos que es el Alma: (del latín anima, de la misma raíz que el griego ánemos, viento) Por alma, y con el mismo significado que spiritus (en griego RLP, psikhé, soplo, aliento, vida), se entiende por lo común el principio vital del cuerpo, o el principio inmaterial que se considera origen de la vida material, de la sensibilidad y del psiquismo del hombre. A veces se da este nombre a la mente humana, o también se la llama espíritu. En la Escritura vemos que se usa alma y espíritu indistintamente. La muerte a veces es referida como entregando el alma, Génesis 35,18; I Reyes 17,21, y otras veces como entregando el espíritu, Lucas 23,46; Hechos 7,59. El alma viene de la palabra anima y es precisamente lo que hace a las cosas animadas, es decir, lo que les da vida y movimiento. Así, puede existir un alma vegetal o un alma animal, que no son espirituales, sino materiales, pues consisten en aquellos principios por lo que esos organismos están vivos, que son básicamente mecanismos materiales de reacciones bio-químicas, reflejos neurológicos, acciones instintivas, etc. Las almas de animales no gozan de visión beatifica, o sea no irán al cielo, una vez muertos los animales su alma desaparece.

El alma humana, es decir aquello que anima al ser humano, es de naturaleza distinta, porque es de naturaleza intangible, espiritual. Entonces si es verdad que el hombre es un cuerpo animado por un espíritu, pero precisamente ese espíritu que anima al cuerpo humano es el alma del hombre. NO ES un objeto separado del cuerpo, como en los relatos paranormales que hablan de una luz, una energía, o una imagen fantasmagórica que se separa del cuerpo o se eleva a la muerte de la persona. NO, el alma humana es espíritu, y como espíritu, NO ES una manifestación, objeto o energía material que pueda percibirse por los sentidos materiales, ni, por supuesto, por instrumentos y sensores materiales que miden variables y efectos físicos de diferente tipo (luz infrarroja, ultrasonido, etc.).

Esa falsa concepción del alma, como si fuese un objeto, es lo que ha movido a algunos a rechazar el concepto. Pero en realidad es tan erróneo rechazar el concepto del alma humana, como el considerarla un objeto o manifestación material del tipo que sea. [1]

Del P. A. Hillaire.

1 º El alma es una substancia. Una substancia, según la misma palabra lo indica, es una cosa, una realidad que subsiste sin necesidad de estar en otra para existir.

2 º El alma es un espíritu. Un espíritu es un ser simple, inmaterial, substancial, vivo, capaz de existir, conocer, querer y obrar independientemente de la materia. Un espíritu es inmaterial, es decir, inextenso, indivisible, que no tiene ninguna de las propiedades sensibles de la materia, y no puede ser percibido por los sentidos.

¿Cómo probáis que nuestra alma es un espíritu?

Se prueba que el alma del hombre es un espíritu por sus actos, como se prueba la existencia de Dios por sus obras. Es un principio evidente que las operaciones de un ser son siempre conformes a su naturaleza: se conoce al operario por sus obras. Es así que nuestra alma produce actos espirituales, como los pensamientos, los juicios, las voliciones… luego nuestra alma es espiritual el efecto no puede ser de una naturaleza superior a su causa: así hablan en todos los siglos la razón y la ciencia. Si, pues, un ser produce actos espirituales, independientes de la materia, él mismo debe ser espiritual, independiente de la materia.

Veamos lo que dice el Catecismo
1022 Cada hombre, después de morir, recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio particular que refiere su vida a Cristo, bien a través de una purificación.., bien para entrar inmediatamente en la bienaventuranza del bien para condenarse inmediatamente para siempre.
 
Hay sectas en las cuales enseñan que el alma NO  es inmortal PORQUE se disuelve una vez que morimos, o que muere.

Aquí el argumento de una de las sectas:

“Daniel 12:2“Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.”

La vida eterna no empieza al morir sino con la resurrección, Hasta ese momento aquellos que hayan muerto son presentados como “los que duermen en el polvo de la tierra”. Observa lo que Dios no le dijo a Daniel: “y muchos de ellos los cuales sus almas están en el cielo”.

Lo mismo sucede con Pablo cuando habla a los Tesalonicenses sobre la muerte a la esperanza que tenemos en la resurrección, hablaba de aquellos “que duermen”: en cada verso de Tesalonicenses 4:13-16 menciona a los muertos. Veamos los términos que utiliza:

1 Tesalonicenses 4:13-16

“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.”

La esperanza de Pablo, la esperanza que Dios nos dio en su Palabra tiene un solo nombre: resurrección. En algún momento entre ahora y la resurrección algunos de nosotros (dependiendo de cuando venga el Señor- ese tiempo nadie lo sabe) moriremos. No entraremos a un estado feliz en el cielo o el paraíso. Sino que estaremos durmiendo. ¿Dónde? En el polvo de la tierra, o como usualmente se le llama en la Palabra “Seól” o “Hades”, el dominio de la tumba. Esto es lo fácil y simple de aprovechar la Palabra de Dios.”

el alma NO es inmortal. El alma es solo lo que le da vida al cuerpo. Tu respiras… tienes alma. Eres un alma viviente. Lo mismo aplica para los animales: también son almas vivientes. Si estás muerto…. no hay alma.

y de hecho citan a Martin Lutero cuando en uno de sus tratados decía:

Si las almas están en el cielo, en una gloria tal como la de los ángeles, de acuerdo a su doctrina, demuéstreme cuál es la razón de la resurrección”.

O sea básicamente y de manera resumida su argumento es: Las almas DUERMEN por tanto son MORTALES……………….algo les hace falta en ese “argumento” porque morir no es sinónimo de dormir.

Bueno, es cierto que el cuerpo sin alma muere, y cuando venga Jesús habrá la resurrección…..de la carne, o sea seremos juzgados y sentenciados con alma y cuerpo, ese cuerpo es el que va a resucitar, es la resurrección de la carne. Ahora, regresemos al argumento:

“Las almas duermen por tanto son mortales”
Si esa premisa fuera cierta, no podrían explicar cómo es que Jesús fue a predicar a aquellos “encarcelados” en el seno de Abraham:

1 Pe 3,18 Pues también Cristo, para llevarnos a Dios, murió una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, muerto en la carne, vivificado en el espíritu. En el espíritu fue también a predicar a los espíritus encarcelados, en otro tiempo incrédulos, cuando les esperaba la paciencia de Dios, en los días en que Noé construía el Arca, en la que unos pocos, es decir ocho personas, fueron salvados a través del agua

Por otro lado, bajo ese “argumento” no pueden explicar cómo es que Jesús hablo con Moisés, quien había fallecido hacía mucho tiempo. Al menos en la Escritura NO dice que haya sido “despertado” o haya resucitado.

“Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos, y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo. Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús

Otra cita muy clara es

1 Pedro 4,6 “Por eso hasta a los muertos se ha anunciado la Buena Nueva, para que, condenados en carne según los hombres, vivan en espíritu según Dios”

Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico… pero hasta los perros venían y le lamían las llagas. Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.» Pero Abraham le dijo: «Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros.» Replicó: «Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento.» Díjole Abraham: «Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan.» El dijo: «No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán.» Le contestó: «Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite»”

Recordemos que Jesús también tiene alma, por eso cuando decidió era momento de morir dice Jn 19, 30 Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo: «Todo está cumplido.» E inclinando la cabeza entregó el espíritu.

Ahora, Jesús murió, y entendiendo correctamente Dios Hijo murió, como morimos nosotros, o sea la carne muere al momento de que se abandona el alma del cuerpo, en el caso de Jesús su alma descendió a los infiernos a predicar a los justos, en el caso de nosotros los hombres nuestra alma se presenta ante Jesús para el juicio particular y para que recibamos lo que en la vida terrenal merecemos (Salvación o condenación), nuestra alma somos nosotros mismos, por tanto no muere, no se disuelve.

Santo Tomás de Aquino en Suma de Teología, Parte III, c.52.a.4.: 

“Cristo, para asumir en sí mismo nuestras penas, quiso que su cuerpo fuera puesto en el sepulcro, así también quiso que su alma descendiese al infierno. Pero su cuerpo permaneció en el sepulcro un día entero y dos noches para que se comprobase la verdad de su muerte. Por lo que es de creer que también su alma estuviese otro tanto en el infierno, a fin de que salieran a la vez su alma del infierno y su cuerpo del sepulcro”

Más adelante continua:

  “Cristo, al bajar al infierno, libró a los santos que estaban allí, no sacándolos al instante del lugar del infierno, sino iluminándolos con la luz de su gloria en el mismo infierno. Y, no obstante, fue conveniente que su alma permaneciese en el infierno todo el tiempo que su cuerpo estuviese en el sepulcro”

Por eso hasta a los muertos se ha anunciado la Buena Nueva, para que, condenados en carne según los hombres, vivan en espíritu según Dios

Ojala y este articulo sea útil para ustedes

Bendiciones en Cristo y María Santísima Theotokos

PREGUNTAS

1. ¿Qué es el alma?

2. ¿Veré en el cielo al alma de mi perrito favorito?

3. ¿El alma humana muere? ¿el alma humana desaparece o se desintegra?

Continua Parte 2

Fuente
[1] Foros Catholic.net usuario EduaRod
http://www.apologeticacatolica.org/Masalla/Masalla29.html

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