19. Cristo Si, Iglesia No…El católico debe obedecer el Magisterio de la Santa Madre Iglesia. La Iglesia Católica y el taburete de tres patas: Biblia, Magisterio y Tradicción.

0.-INTRODUCCIÓN:

– Este tema bien podrían ser tres temas amplios e importantísimos para la fe del creyente. Si bien es cierto que son temas pocos desarrollados en la apologética actual, es también cierto que es muy necesario tocar estos temas pues existen muchos que creen que es suficiente con creer en Cristo, y no creer en la Iglesia pues esta, esta llena de hombres que son pecadores, y no creen en los curas!!!. Otros creen que la Iglesia impone doctrinas y no nos da libertad para creer….y finalmente están los que sujetan con una sola pata su fe: LA BIBLIA nada más!!!!….pero es que la fe es un taburete de 3 patas, al igual que la Trinidad son 3 que son 1 la fe esta sujeta por 3 que a su vez es una sola.

1.-CRISTO SI……IGLESIA NO:

-La propia escritura nos indica como la Iglesia que Cristo dejó estaría formada por hombres infalibles en doctrina pero pecadores:

10:20 Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. Mateo 10:20

12:12 porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir.Lucas 12:12

10:16 El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió. Lucas 10:16

Pedro negó a Cristo, fue reprendido por (Pablo), y sin embargo escribió dos encíclicas infalible. Además, si Pedro puede enseñar infaliblemente por escrito, ¿por qué no también enseñar infaliblemente por la predicación? ¿Y por qué no podía enseñar a sus sucesores para así?

Libros como: Deuteronomio, los Salmos;cartas de Pablo escritos por Pablo , Moisés ,David y tal vez Pablo fueron  asesinos y David fue un adúltero y asesino, pero también escribió infaliblemente. Dios usa a nosotros, los seres humanos pecadores, porque cuando responden a su gracia y cambiar sus vidas, damos a Dios la mayor gloria y su presencia se hace más manifiesta en nuestro mundo pecador.

14:16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: Juan 14:16

16:13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Juan 16:13

14:26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

Juan 14:26

 

-El Señor no dijo que solamente se debía creer en él, que solo él era infalible, sino que nos enseñó que los propios hombres al ser guiados por el ES (Juan 14) son infalibles. Y es precisamente este el motivo por el cual debemos creer en la Iglesia, pues la Iglesia y Cristo son uno y no dos separados…

El lema «Cristo si, Iglesia no», que más popularmente otros expresan con, «Cristo sí, curas no», como si los curas fuesen toda la Iglesia, o porque, en realidad, son la parte más representativa de la misma ,para un verdadero cristiano semejante actitud resulta absurda, porque sabe que la Iglesia hace una misma cosa con Cristo. Rechazar a la Iglesia y pretender adherir a Cristo, no es menos incongruente que rechazar a Cristo y querer agradar a Dios.

Cristo, en efecto, ha dicho: «Yo soy la vid y vosotros los sarmientos. El que permanece en mi , como Yo en él, ese da mucho fruto»  [Jn 15, 5] . Y ese «vosotros» eran sus discípulos, los llamados a formar la Iglesia. Por eso San Pablo hablará de ésta como del Cuerpo de Cristo: «Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos  los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no  forman más que un solo cuerpo, así también Cristo» [1Cor 12, 12] . «Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte»  [1Cor 12, 27; Ver igualmente: Rm 12, 4]. «Bajo sus pies sometió -Dios Padre a Cristo- todas las cosas y le constituyó Cabeza suprema de la Iglesia, que es su Cuerpo, la Plenitud del que lo llena todo en todo» [Ef 1 22-23] .


Pablo sabía de los pecados de los miembros de la Iglesia. En sus cartas los confronta con frecuencia. Pero también sabía que en la Iglesia fundada por Cristo los hijos de Dios son perdonados, son alimentados con el mismo Cristo en la Eucaristía, son instruidos en la Verdad y protegidos del maligno. En las cartas de San Pablo la palabra «Iglesia» o «iglesias» aparece 54 veces (¡94 veces en el N.T.!). Continuamente Pablo manifiesta su adhesión, amor y cuidado por la Iglesia a la cual reconoce como Cuerpo de Cristo.

Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia -Colosenses 1,24

De hecho las cartas de Pablo se dirigen a las iglesias o a los pastores de las iglesias, todos ellos miembros de la única Iglesia de Jesucristo. Pues no tiene Cristo sino un Cuerpo y una Esposa.

San Pablo también había perseguido a la Iglesia pero se arrepintió profundamente y reconoció que la Iglesia es de Dios.

Pues yo soy el último de los apóstoles: indigno del nombre de apóstol, por haber perseguido a la Iglesia de Dios. -I Corintios 15,9

¿Será entonces que la Iglesia verdadera dejó de existir?  Imposible, porque Jesús vino a salvar a los hombres de todas las generaciones hasta el fin del tiempo. Tenemos la promesa de Jesús:

 

Y yo a mi veñ te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. -Mateo 16,18

Jesús advirtió que habría escándalos en la Iglesia y fue muy severo al respecto. ¿Por que? ¿Acaso el rechañó a la Iglesia? ¡Al contrario!  Murió por ella. Jesús defiende a la Iglesia de los que quieren mancharla porque en ella recibamos Su vida y Salvación. Por eso increpa a los que en ella escandaliñan, porque estos hacen que muchos se alejen de ella y se pierdan.

 

Si me dijeras que Jesús quiere renovar a su Iglesia estaríamos de acuerdo. La Iglesia siempre necesita renovación. Pero no se renueva tirándola por tierra y creando algo nuevo. Lo que Jesús hiño no puede cambiarse. No se puede cambiar en la Iglesia su doctrina ni su naturaleña ya que son de Cristo. La verdadera renovación es la que nos propuso Juan Pablo II y ahora Benedicto XVI con una nueva Evangeliñación. Son los hombres los que necesitamos renovarnos en la Iglesia. Los santos son los verdaderos renovadores de la Iglesia porque se nutren de ella y con gratitud le dan a ella los frutos de la gracia. Ellos manifiestan el poder de Cristo operante en su Iglesia.

San Pablo hace lo mismo que Cristo. En sus cartas confronta con frecuencia el pecado de los miembros de la Iglesia para que la gracias que Dios nos da en ella no sean obstaculiñadas. Pablo sigue siempre fiel a su misión como pastor en la Iglesia, amándola y, como Jesús, dando su vida por ella.

Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada. -Efesios 5,25-27

 

Si amamos a Cristo no podemos sino amar a la Iglesia y obedecerla en todo, ya que El es su cabeña y nos habla a través de sus pastores (Cf. Lc 10,16)

Bajo sus pies sometió todas la cosas y le constituyó Cabeña suprema de la Iglesia -Efesios 1,22

Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora manifestada a los Principados y a las Potestades en los cielos, mediante la Iglesia  -Efesios 3,10

A él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones y todos los tiempos. Amén. -Efesios 3,21

 

No te salgas de la Iglesia. Salirse es tentador, es popular, es fácil de justificar, pero no es la voluntad de Cristo.  Los que permanecen fieles reciben el poder de Dios para vencer en las pruebas y manifestar la gloria de Dios.

Hasta tal punto que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las Iglesias de Dios por la tenacidad y la fe en todas las persecuciones y tribulaciones que estáis pasando. -II Tesalonicenses 1,4

El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. -Apocalipsis 3,22

 

 

2.-LA OBEDIENCIA Y AUTORIDAD:

-Veamos ahora la Obediencia, algo que cuesta tanto, y los niveles de autoridad de la Iglesia. En la Biblia la obediencia ocupa un lugar muy importante y destacado, es básico para ser un verdadero cristiano:

  II Corintios 7:15  

Y su cariño para con vosotros es aun más abundante, cuando se acuerda de la obediencia de todos vosotros, de cómo lo recibisteis con temor y temblor.

Filemón 1:21  

Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo.

Romanos 16:19   Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal

I Pedro 1:22  

Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;

 II Corintios 9:13  

pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos;

Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.Hebreos 13:17

 

 

NIVELES DEL MAGISTERIO:

Llamamos «doctrina» a toda verdad enseñada por la Iglesia como necesaria de creer. Toda doctrina cabe en una de las siguientes categorías:

1-Es revelación divina (Ej.: la Presencia Real Eucarística)

2-Es una conclusión teológica de la verdad revelada (Ej.: la canonización de un santo)

3-Es parte de la         ley natural (Ej.: la pecaminosidad de los anticonceptivos).

                        Doctrinas «de fe»

Las verdades que la Iglesia enseña como «de fe» son aquellas sobre las que se tiene la certeza de que son  infalibles   (sin posibilidad de error) porque están amparadas por las promesas de Cristo: `El que a vosotros oye, a Mí me oye`(Lc 10,16).  La promesa de Cristo no puede fallar. Estas verdades requieren de los católicos el asentimiento de la fe.  Es decir, la virtud sobrenatural de la fe, porque tenemos fe en Cristo y su promesa de enseñar por medio de la Iglesia. Estas verdades obligan a los católicos bajo pena de romper nuestra comunión con la fe verdadera.

¿Como podemos saber si una enseñanza es «de fe»?

                        -Es «de fe» si se encuentra en los tres primeros niveles del magisterio:

Primer nivel de magisterio: Una definición infalible del Papa.

«El Romano Pontífice, Cabeza del Colegio Episcopal, goza de esta infalibilidad en virtud de su ministerio cuando, como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos, proclama por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de fe y moral…» -Catecismo 891                 

1) «como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos». (Si habla en calidad de persona privada, o si se dirige solo a un grupo y no a la Iglesia universal, no goza de infalibilidad).

2) «proclama por un acto definitivo la doctrina». (Cuando el Papa claramente expresa que la doctrina es definitiva, no puede cambiar y es infalible)

3) «en cuestiones de fe y moral»                        

Al ejercicio especial y explícito de infalibilidad Papal se le llama un pronunciamiento ex-cathedra. Cuando el Sumo Pontífice habla desde su silla (cathedra) de autoridad, como cabeza visible de todo los cristianos, sus enseñanzas no dependen del consentimiento de la Iglesia y son irreformables.

Aunque la mayoría de las proclamaciones infalibles del Papa han sido en colegialidad (en consulta con los obispos), esta no es requisito. El Papa puede definir un dogma aun sin los obispos. Concilio Vat. II (Lumen Gentium, 25): «sus definiciones por sí y no por el consentimiento de la Iglesia son irreformables, puesto que han sido proclamadas bajo la asistencia del Espíritu Santo prometida a él en San Pedro, y así no necesitan de ninguna aprobación de otros ni admiten tampoco la apelación a ningún otro tribunal. Porque en esos casos el Romano Pontífice no da una sentencia como persona privada, sino que en calidad de maestro supremo de la Iglesia universal, en quien singularmente reside el carisma de la infalibilidad de la Iglesia misma, expone o defiende la doctrina de la fe católica.»


Segundo nivel: La enseñanza del magisterio episcopal en comunión con el Papa.

 

Esto ocurre:

1- Cuando los obispos enseñan verdades definitivas de la fe y moral en comunión con el Papa.

2- de manera especial, cuando se reúnen en Concilio.

«La infalibilidad prometida a la Iglesia reside también en el Cuerpo episcopal cuando ejerce el magisterio supremo con el sucesor de Pedro, sobre todo en un concilio ecuménico. Cuando la Iglesia propone por medio de su Magisterio supremo que algo se debe aceptar «como revelado por Dios para ser creído» y como enseñanza de Cristo, «hay que aceptar sus definiciones con la obediencia de la fe». Esta infalibilidad abarca todo el depósito de la Revelación divina.» -Catecismo 891.

Lumen Gentium 25: «Aunque cada uno de los prelados por sí no posea la prerrogativa de la infalibilidad, sin embargo, si todos ellos, aun estando dispersos por el mundo, pero manteniendo el vínculo de comunión entre sí y con el Sucesor de Pedro, convienen en un mismo parecer como maestros auténticos que exponen como definitiva una doctrina en las cosas de fe y de costumbres, en ese caso enuncian infaliblemente la doctrina de Cristo.»

Una definición solemne no requiere una fórmula especial. Se sabe que es una enseñanza infalible porque el mismo documento del magisterio claramente hace saber que la enseñanza es definitiva. Un ejemplo es el Concilio de Trento (DS 1520) que «estrictamente prohíbe que se crea o predique o enseñe diferente de lo que se ha establecido y explicado en el presente decreto».  Por lo tanto es un decreto infalible.

Los concilios han usado la fórmula: «Si alguien dice…. Sea anatema». («Si quis dixerit. . . anathema sit.»). Pero esa fórmula por si sola no es determinante de infalibilidad ya que también se ha utilizado en materia disciplinaria.     

Para saber si la Iglesia tiene la intención de enseñar infaliblemente en este segundo nivel, se debe observar el lenguaje y la intención. Si hace ver que es una verdad definitiva, entonces es infalible.


Tercer nivel: El magisterio ordinario del Papa, cuando este expresamente ejerce un juicio definitivo en materia de fe o moral que era antes debatida.                 

En ese caso lo que el Papa enseña está amparado por las promesas de Cristo en Lc. 10:16. Estos juicios definitivos pueden darse en una encíclica u otro tipo de documento pontificio.                  


Cuarto Nivel – pronunciamientos que no son infalibles. No requieren el asentimiento de la fe pero sí una sumisión religiosa de la voluntad y del entendimiento (Cf. Canon 752 de la nueva Ley Canónica).

«Esta religiosa sumisión de la voluntad y del entendimiento, de modo particular se debe al magisterio auténtico del Romano Pontífice, aun cuando no hable ex cathedra; de tal manera que se reconozca con reverencia su magisterio supremo y con sinceridad se adhiera al parecer expresado por él según la mente y voluntad que haya manifestado él mismo y que se descubre principalmente, ya sea por la índole del documento, ya sea por la insistencia con que repite una misma doctrina, ya sea también por las fórmulas empleadas.»  –Lumen Gentium, 25; Cf: Canon 752

La enseñanzas que no son definitivas no entran en la virtud de la fe. Más bien se trata de materia que Lumen Gentium 25 y la ley canónica llaman «sumisión religiosa de la voluntad y el entendimiento».

¿Que requiere esta sumisión?

Prohíbe que se contradigan estas enseñanzas públicamente.

También requiere asentimiento de la mente, aunque no requiere el asentimiento de la fe.

¿Como podemos dar asentimiento mental sin certeza absoluta? Lo hacemos por confianza en la fuente.  Lo cierto es que todos damos asentimiento a diario en cuestiones seculares sobre las que no podemos tener absoluta certeza. Por ejemplo, cuando tomamos un vuelo, confiamos nuestra vida en el piloto sin la certeza de que sea buen piloto.  Cuando vamos a un restaurante, confiamos que no nos van a envenenar….  Nuestra creencia de que no nos engañan en esos casos toma en cuenta que hay una pequeña probabilidad de error pero arriesgamos nuestra vida por confianza en la empresa.  No podríamos vivir sin este tipo de asentimiento.   En la corte se trata de encontrar la verdad y probarla más allá de dudas razonables. No se exige ni se puede pedir más.      

Nuestro asentimiento a las enseñanzas del magisterio del cuarto nivel no es de fe, no contiene la certeza absoluta de los primeros tres niveles, pero si es un asentimiento confiado en la guía del Espíritu Santo sobre la Iglesia. Las posibilidades de error en este tipo de asentimiento son aun mucho menores que en el caso del avión o el restaurante. Además, si erramos por ser asentir a alguna enseñanza de la Iglesia que no es de fe, cuando estemos ante el Juez Divino, este nos felicitará. Pero si erramos por romper con la Iglesia pensando que sabemos más que ella, caemos en serio riesgo de ser acusados por lo menos de orgullosos.                

Algunos objetan que por obedecer a las autoridades de la Iglesia se cometieron injusticias en el pasado. Respuesta: Hay que distinguir entre las enseñanzas del magisterio y la autoridad temporal de la Iglesia en cuestiones de gobierno o de juicios sobre personas ejercida en el pasado, que no es el ámbito del magisterio.


                          

                Con frecuencia el Papa enseña con la ayuda de las Congregaciones de la Curia Romana. Las declaraciones publicadas estas Congregaciones no pretenden enseñar doctrinas nuevas sino reafirmar o sintetizar la doctrina de la fe católica definida o enseñada en anteriores documentos del Magisterio de la Iglesia, indicando su recta interpretación frente a los errores y ambigüedades doctrinales actuales. Un documento doctrinal de una Congregación de la Curia es formalmente promulgado cuando es expresamente aprobado por el Sumo Pontífice y por lo tanto tiene naturaleza magisterial universal porque lleva la autoridad del mismo Papa.

 

 

3.-TABURETE DE TRES PATAS:

El Depósito de Fe de la Iglesia Católica consiste en la Sagrada Escritura, la Sagrada Tradición, y el Magisterio en conjunción con nuestro Santo Padre el Papa. Lo puedes equiparar a un taburete de tres patas, cada pata tiene su propia función específica. Este taburete de tres patas esta también firmemente implantado sobre la piedra sólida de la Iglesia Católica. Ver Mat 16:18, Juan 1:42, Ef 2:20, 1Ped 2:4-8



 Un taburete de tres patas tiene fuerza, es recio, estable, y firme. Todo eso es correcto y bueno. Sin embargo, ¿qué pasa cuando le cortamos una pata? El taburete entonces es inestable y se cae.



 Durante la reforma Protestante, los reformadores se separaron ellos mismos de una de esas tres patas de estabilidad. Ellos rechazaron al Papa y al Magisterio, la autoridad de enseñanza de la Iglesia Católica. Ellos intencionalmente cortaron una pata del taburete, y al hacerlo, perdieron toda autoridad. Ellos perdieron al árbitro para las disputas entre opositores en puntos de vista referentes a la fe y la moral.

En el texto de Éxodo 18:13-26 encontrarás un importante precedente tipológico, asi como en Mat 18:15-18.

Se cortaron a sí mismos de la Fundación y el Pilar de la Verdad que es la Iglesia Católica. Ver 1Tim 3:15.

También crearon para ellos mismos un taburete inestable, endeble y fácilmente expuesto a caídas y destrucción.


 Como los reformadores perdieron toda autoridad, ¿a quién, o a qué, podrían entonces volcarse para llenar el vacío? Ellos se volvieron a la única fuente que tenían, la Santa Biblia, que es, a propósito, un producto de la Iglesia Católica.

Al hacerlo, ellos declararon que la Biblia era la única fuente de autoridad, y procedieron a crear una tradición falsa, hecha por el hombre, llamada «Sola Scriptura», o «Solamente la Biblia», para poder promulgarla.


 Ahora, a través de la Escritura, hay esparcida aun, un segundo sostén o pata del Depósito Católico de la Fe el cual los reformadores no pudieron reclamar. Es la Santa Tradición, Tradición Apostólica, Tradición de DIOS misma que la Iglesia fue ordenada a guardar, y que de hecho ya había protegido y preservado por casi 1500 años al tiempo de la reforma.

Ver Salmo 44:1, Isa 40:8, ***Isa 59:21, ***Juan 15:20, Hechos 20:35, 1Cor 2:13, ***1Cor 11:2,

Fil 2:16, ***Fil 4:9, ***2 Tes 2:15. ***2Tim 1:13-14, ***2Tim 2:2, ***2Tim 3:14, ***2Tim 4:3, y 1Ped 1:25.

Solamente las tradiciones hechas por el hombre son condenadas en la Sagrada Escritura.

Ver ***Mat 15:2-9, ***Marcos 7:3-13, ***1Cor 2:13, ***Col 2:8, ***1Tim 1:4, y ***Tit 1:14

Los no-católicos fracasan al rechazar que la Biblia no es otra cosa que la Tradición transmitida durante generaciones. Los trescientos primeros años del cristianismo no tuvieron un Nuevo Testamento como lo conocemos hoy. Jesús no fundó un libro. Él fundó una Iglesia que enseña.

Los reformadores fueron forzados a cortar de nuevo una segunda pata de su taburete. Ahora ellos tenían solamente una pata dudosa en la cual balancearse, y no encontraron el balance por largo tiempo, ni siquiera por un año.


 Como la Autoridad del Magisterio para la interpretación Bíblica ya no estaba disponible, los reformadores tomaron una nefasta decisión que resultaría en un desastre que creció tan rápido que no pudieron controlarlo más. Ellos habían decidido que cada uno seguiría su propio camino en cuanto a la interpretación de la Biblia. Esta fue otra tradición hecha por el hombre y prohibida por la Sagrada Escritura.

Ver ***Hechos 8:26-40, ***2Ped 1:19-21, y ***2Ped 3:16.

El taburete de una sola pata se derrumbó al suelo y se quebró en muchas partes. La interpretación individual de la Sagrada Escritura inmediatamente resultó en acaloradas discusiones y separaciones dentro del Protestantismo, las cuales continúan hasta el día de hoy. En 1521, el mismo año en que Martín Lutero se separó de la Iglesia Católica, Thomas Munser se separó de Lutero. Por el año 1600 habían ya sobre 200 separaciones. En 1900, habían más de 1000. Ahora en el 2006 hay más de 38,000 separaciones en el Cuerpo de Cristo. Las separaciones continúan hasta hoy en día estimando de 3-5 cada semana. Además, todas las sectas Protestantes mayores se siguen separando de entre ellas mismas. Toda esta locura fue causada por la falsa doctrina hecha por el hombre, la Sola Scriptura y por las interpretaciones individuales de la Sagrada Escritura, ambos elementos, fueron iniciadas por los reformadores.

Martín Lutero se lamentó cuando vió el daño que la interpretación individual de la Sagrada Escritura había causado a su movimiento Protestante.

El taburete del Protestantismo es un caos. Se ha partido en miles de piezas, y no hay nadie en el Protestantismo con la autoridad para poner las piezas juntas de nuevo. Un taburete necesita tres patas para sostenerse erguido. No puede erguirse por mucho tiempo. Apenas el viento del cambio emerge y el taburete se da vuelta y se arruina.


La Biblia claramente dice que hay que guardar las tradiciones de DIOS y de los Apóstoles, y que hay que condenar las tradiciones hechas por los hombres, como ya mostré. ¿No es extraño que el Protestantismo condene que se guarden y conserven todas las tradiciones en la Iglesia Católica, mientras que al mismo tiempo, ellos siguen dos tradiciones de su propia creación y hechas por  humanos?


«Tengo otras ovejas que no son de este aprisco. y es preciso que yo las traiga, y oirán Mi voz,

y habrá UN SOLO REBAÑO y UN SOLO PASTOR. «

Juan 10:16

Ver también, Isa 40:11, y 1Ped 2:25


¿En dónde hay UN SOLO REBAÑO y UN SOLO PASTOR en el Protestantismo?

«¿Ha sido Cristo dividido?» 1Cor 1:13

preguntas:

1.-¿Porque debemos creer en la Iglesia y en Cristo?

2.-¿Como justificas biblicamente que la Iglesia es pecadora?

3.-¿Que es para un cristiano la obediencia?

4.-El protestantismo y el taburete de una pata. Compararlo con la Trinidad y el unitarismo.¿Que conclusiones sacas?

5.-Cuales son las tres patas de la fe. Fundamentalo con la Escritura.

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