Importancia del Bautismo en el Diario de Santa Faustina 916 (272) +
El día de hoy es para mi excepcional, a pesar de haber sufrido tanto,
mi alma está inundada de un gran gozo. En la habitación aislada
contigua a la mía, había una judía gravemente enferma; hace tres días
fui a visitarla, sentí un dolor en mi alma al pensar que moriría en poco
tiempo y que la gracia del bautismo no lavaría su alma. Hablé con la
hermana que la cuidaba de administrarle el santo bautismo al acercarse
el último momento. Pero existía esa dificultad de que siempre había
judíos a su lado. Sin embargo, sentí en el alma la inspiración de rogar
delante de la imagen que Jesús me había ordenado pintar. Tengo un
folleto en cuya cubierta figura la reproducción de la imagen de la
Divina Misericordia. Y le dije al Señor: Jesús, Tu Mismo me has dicho
que concederás muchas gracias a través de esta imagen, por eso Te pido
la gracia del santo bautismo para esta judía; no importa quién la
bautice con tal de que sea bautizada. Después de estas palabras fui
extrañamente tranquilizada y tenia la certeza absoluta de que el agua
del santo bautismo fluiría sobre su alma a pesar de las dificultades. Y
durante la noche (273), cuando ella estaba muy débil, me levanté tres
veces para estar con ella y esperar el momento oportuno para alcanzarle
esta gracia. Por la mañana daba la impresión de sentirse mejor. Por la
tarde empezó a acercarse el último momento; la hermana que la asistía
dijo que seria difícil administrarle aquella gracia porque estaban junto
a ella. Y llegó el momento cuando la enferma empezó a perder el
conocimiento, pues algunos comenzaron a correr para buscar al medico y
los demás en otras direcciones para salvar a la enferma y sucedió que la
enferma se quedó sola y la hermana que la cuidaba la bautizó. Y antes
de que todos volvieran, su alma se había vuelto bella, adornada de la
gracia de Dios y expiró en seguida. La agonía duró poco tiempo, fue
como si se hubiera dormido. De repente vi su alma de una belleza
admirable entrando en el cielo. Oh, qué bella es el alma en la gracia
santificante; el gozo dominó mi alma por haber obtenido delante de la
imagen una gracia tan grande para aquella alma.Extracto |