La Anunciación
En el primer capítulo del Evangelio de San Lucas se lee: “Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se conturbó por estas palabras, y discurría que significaría aquel saludo. El ángel le dijo: no temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin. María respondió al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón? El ángel le respondió: el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios. Dijo María: he aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y el ángel, dejándola, se fue”.
Alégrate
El Padre abre sus manos, Y el Verbo vuela a tu arcilla; Y el Espíritu de amor te fecunda con su vida. Eres la esclava de Dios, Eres tierra prometida; Eres nueva humanidad Donde ha llegado el Mesías. Alégrate, Virgen pura, Vaso de cristal, María, Donde lo humano y divino Se hacen al hombre bebida. PP Pasionitas Vilanañe, Alava, España
Tomado de: Ave María, Oraciones a la Santísima Virgen. Zamora Editores LTDA, Colombia, 1997. |