“Esta es la hora de la gran misericordia para el mundo
entero” (1320)
“Te recuerdo,
hija Mía, que cuántasveces oigas
el reloj dando las tres, sumérgete totalmente en Mi misericordia,
adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo
entero y especialmente para los pobres pecadores, ya que en ese momento
se abrió de par en par para cada alma. En esa hora puedes obtener
todo lo que pides para ti y para los demás.” (1572)
El Señor Jesús desea que
cada día sea venerado el momento de su agonía en la cruz (las
tres de la tarde) ya que, según dijo:
Dile a la humanidad doliente que “En esa
hora se estableció la gracia para el mundo entero:
la misericordia
triunfó sobre la justicia.”(1572)
Desea también
que a esta hora sea contemplada su dolorosa pasión, en la que se
manifestó con total claridad el amor de Dios al hombre y que sea alabada
y adorada Su misericordia. También quiere que por los méritos de Su
pasión pidamos las gracias para nosotros y para el mundo entero y,
especialmente, para los pecadores.
Enseñó Jesús a Sor Faustina:
“Hija Mía, en esa hora procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan tus
deberes; y si no puedes rezar el Vía Crucis, por lo menos entra un
momento en la Capilla y adora en el Santísimo Sacramento a Mi Corazón
que está lleno de misericordia... Y si no puedes entrar en la Capilla,
sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo
instante.”(1572)
Prometió Jesús:
“En esta hora nada le será
negado al alma que lo pida por los méritos de Mi pasión...”(1320)
La oración en la hora de la misericordia está
estrechamente vinculada a las tres de la tarde y debe ser dirigida a
Jesús, apelando a los méritos de Su dolorosa pasión.
Oraciones Breves para la
Hora de la Misericordia
Oh
Sangre y Agua que brotaste del Santísimo Corazón de Jesús como fuente de
misericordia para nosotros - en vos confío. (187)
Oh Jesús, te
entregaste por nosotros a tan asombrosa pasión únicamente por amor. La
justicia de tu Padre habría sido expiada con un solo suspiro tuyo y
todos tus anonadamientos son actos de tu misericordia y tu inconcebible
amor (... ) Cuando estabas muriendo en la cruz, en aquel momento nos
donaste la vida eterna, al haber permitido abrir tu sacratísimo costado
nos abriste una inagotable fuente de tu misericordia; nos ofreciste lo
más valioso que tenías, es decir, la sangre y el agua de tu Corazón. He
aquí la omnipotencia de tu misericordia, de ella toda gracia fluye a
nosotros. (1747)
Oh Jesús, Verdad eterna, Vida nuestra, te
suplico y mendigo tu misericordia para los pobres pecadores. Dulcísimo
Corazón de mi Señor, lleno de piedad y de misericordia insondable, te
suplico por los pobres pecadores. Oh sacratísimo Corazón, fuente de
misericordia de donde brotan rayos de gracias inconcebibles sobre toda
la raza humana. Te suplico luz para los pobres pecadores. Oh Jesús,
recuerda tu amarga pasión y no permitas que se pierdan las almas
redimidas con tan preciosísima, santísima sangre tuya. Oh Jesús, cuando
considero el alto precio de tu sangre, me regocijo en su inmensidad
porque una sola gota habría bastado para salvar a todos los pecadores
Oh, qué alegría arde en mi corazón cuando contemplo tu bondad
inconcebible, oh Jesús mío. Deseo traer a todos los pecadores a tus pies
para que glorifiquen tu misericordia por los siglos de los siglos. (72)
Oh Jesús extendido sobre la cruz, te ruego concédeme la gracia
de cumplir fielmente con la santísima voluntad de tu Padre en todas las
cosas, siempre y en todo lugar. Y cuando esta voluntad me parezca pesada
y difícil de cumplir, es entonces que te ruego, Jesús, que de tus
heridas fluyan sobre mí fuerza y fortaleza y que mis labios repitan
constantemente: hágase tu voluntad, Señor. Oh Salvador del mundo, Amante
de la salvación humana que entre terribles tormentos y dolor, te
olvidaste de ti mismo para pensar únicamente en la salvación de las
almas. Compasivísimo Jesús, concédeme la gracia de olvidarme de mí misma
para que pueda vivir totalmente por las almas, ayudándote en la obra de
salvación, según la santísima voluntad de tu Padre. (1265)
Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y
se abrió el mar de misericordia para el mundo entero . Oh fuente de
vida, insondable misericordia de Dios, abarca el mundo entero y
derrámate sobre nosotros. (1319)