Por Anwar Tapias Lakatt La Iglesia llama octava de Navidad a los días transcurridos la primera semana desde Navidad, considerando todos como una misma celebración festiva. Durante la semana se medita el Nacimiento de Cristo. La idea de los 8 días, tiene su raíz bíblica en las celebraciones judías que duraban 8 días, como por ejemplo la fiesta de los Tabernáculos, que iba del día 15 al 22, es decir, por 8 días: Las octavas estuvieron en la Iglesia desde el Siglo IV, llegando a proliferarse e incluso clasificarse para las diferentes celebraciones. Posterior a la Reforma litúrgica, sólo quedaron las octavas de Pascua y Navidad, para centrarnos en el Nacimiento y la Resurrección de Cristo. El 25 apenas empieza Navidad, aunque muchos por ignorancia piensen que el 25 acaba, y ya se les pasa el "ambiente", quitan la decoración alusiva a la Navidad y ya como que andan esperando el cambio de calendario. Lo cierto es que la Octava nos ayuda a profundizar y vivir ese acontecimiento maravilloso del Nacimiento de Cristo. La Octava va del 25 de diciembre al 1 de enero, en que se celebra María, madre de Dios. Y en dicha semana celebramos:
Navidad no es día como cuando alguien cumple, que lo felicitan y le celebran ese día, y al día siguiente es un día más. La Octava nos invita a meditar toda la semana lo maravilloso del acontecimiento de que el Hijo de Dios nació y se encarnó en el seno virginal de María Santísima Fíjense que San Lucas cuando narra el nacimiento (Lc 2), lo que expresa a continuación es la circuncisión de Jesús a los 8 días (verso 21), queriendo con esto si queremos verlo, una invitación a vivir esa semana como un mismo acontecimiento. |