Sermon de San Agustín - Padre y Doctor de la Iglesia Parrafos escogidos de los Sermones de los Santos Padres
San Agustín, Padre y Doctor de la Iglesia, y una de sus “columnas”, nació en
Tagaste-Africa en el año 354. Fue consagrado Obispo de Hipona. Fecundo
escritor. La BAC (Biblioteca de Autores Cristianos) ha publicado más de cuarenta
volúmenes. El libro que escribió, “Confesiones” (en donde narra su vida y su
conversión), es un clásico de la cristiandad. Murió el 28 de agosto del año 430.
San Agustín – el maestro interior María recibe el regalo de
la divina maternidad porque tuvo fe Al darse cuenta el ángel de que María quería entender y no desconfiaba, le reveló su misión. He aquí el sentido de sus palabras: tú, que crees en el Dios verdadero, conserva la virginidad. Ya que tu fe es íntegra, también tu integridad quedará inviolada... Porque tienes fe, concibes: por creer serás madre, no por unión carnal. En su concepción te halla virgen; nacido, te dejará virgen. El concederle tu fecundidad, no te priva de la integridad. Cuando preguntas ¿Cómo puede ser…? el ángel te responde: "Alégrate, llena eres de gracia...". Celebramos el nacimiento de Juan y el de Cristo... Juan nace de una viejecita estéril, Cristo nace de una joven virgen. La esterilidad engendró a Juan, la integridad a Cristo. En el nacimiento de Juan, la edad no era adecuada para engendrar hijos, en el nacimiento de Cristo no hubo unión conyugal, fue concebido al anuncio del ángel. No se cree que Juan nacerá y el padre se queda mudo. De Cristo se cree, y es concebido por la fe que alcanza la mente de la Virgen y se realiza la fecundación en seno de la madre. El anuncio del ángel a Zacarías fue hecho casi con las mismas palabras con que se le anunció la maternidad a María. Aquel fue amonestado, ella fue iluminada. A él se le dice: Porque no has creído…; a ella se le dice: Recibe lo que has aceptado. Son casi las mismas palabras... pero su sentido no permanece oculto a quien las escuchaba y para quien veía con la mente. En las palabras de ambos no era evidente su intención, pero lo que está oculto al entendimiento del hombre fue evidente para el ángel. María, Madre de la Iglesia María es la única mujer que ha
podido ser al mismo tiempo virgen y madre, en espíritu y cuerpo. Espiritualmente
no fue madre de Dios, nuestro salvador, que ha existido siempre. Pero al ser su
madre biológica ella es también parte de su esencia, al igual que una mujer
casada recibe el nombre de su esposo. Por eso es sin duda alguna Madre de la
Iglesia, pues ha cooperado mediante su amor a engendrar a esta Iglesia a cuya
cabeza está Cristo y cuyos miembros somos nosotros, la comunidad de
fieles. Era necesario que nuestro Dios, con un insigne milagro, tomara el cuerpo de una virgen para significar que, en el orden sobrenatural, sus miembros tendrían las gracias de una virgen, es decir, de la Iglesia. María es la única Virgen y Madre en espíritu y cuerpo: Madre de Cristo, Virgen de Cristo. La Iglesia de los santos, reservada al dominio del Reino de los cielos, es Madre de Cristo y Virgen de Cristo, en el orden espiritual. Elevaciones ¡Oh Esposa de Cristo, hermosa entre las mujeres
apoyada en tu Esposo por ser de su luz, sales inmaculada, iluminada y
purificada, y con su ayuda quedas a salvo del pecado! Con todo mérito se te
alaba en el Cantar de los Cantares: "Tus delicias están en el amor". Este amor
no permite que se pierda tu alma con aquella de los impíos; Él pone en alto
nivel tu causa, Él es tenaz como la muerte y forma tus delicias. ¡Que género de
muerte envidiable: no es penosa sino deliciosa! Celebramos con gozo, oh María, el día en que has dado a luz al Salvador; Tú, Novia del creador de las bodas; tú, Virgen, la única de las vírgenes. Con la caridad ferviente de tu fe has merecido que brotara de ti aquel Santo Germen, el creador te ha elegido por ser su más graciosa criatura, bienaventurada por haberlo concebido, pero todavía más bienaventurada por haberlo aceptado con tu fe. Con tu fe has concebido al Sembrador de la fe. Has merecido dar a luz al Hijo de Dios; tú, la más humilde. Madre fiel y santa, has hecho la voluntad del Padre y lo has hecho por entero; feliz, porque todavía antes de dar a la luz a Cristo has acogido al Maestro, has escuchado la palabra de Dios y la has puesto en práctica. Has acogido la verdad en la mente más que en tu vientre. Por ésto eres santa, por eso eres bienaventurada.[6] Biografía: [3]http://www.laspiedrasvivas123.com/2010/05/sermon-de-san-cirilo-sobre-maria.html Preparado Por: Cesar Parra |
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