Cuanto mayor es el consuelo que aquellas benditas almas les causa el recuerdo de la Pasión de Jesucristo, por cuya virtud se salvaron, y del Santísimo Sacramento del Altar, que les proporcionó y aún les proporciona tantas gracias, por medio de misas y comuniones tanto más les atormenta el pensamiento de no haber correspondido en vida a estos dos grandes beneficios del amor de Jesucristo. Òh Dios mío! Vos moristeis también por mí, y os habéis dado muchas veces a mí en la sagrada comunión, y yo siempre os he correspondido con negra ingratitud; más ahora os amo sobre todas las cosas, oh Supremo Bien mío! me arrepiento muy de todo corazón de haberos ofendido y con vuestra gracia propongo la enmienda. Dádmela Señor, y tened piedad de mí y de las almas que arden en el fuego del Purgatorio por la poca estima que hicieron de vuestra dolorosa pasión y por las comuniones omitidas por negligencia, o hechas con tibieza. Y Vos, oh María, Madre de Dios y Madre nuestra, interceded por ellas para que obtengan el perdón.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA. Aquí pedirá interiormente a Cristo
crucificado lo que desea conseguir por medio de esta novena para sufragio de
las almas del Purgatorio.)
Luego de haber hecho la meditación, se reza el lamento de las Benditas Almas en el siguiente enlace: Lamento de las Benditas Almas |