“Si yo supiese que alguno de ustedes no va a entregarse al amor de Dios, me colgaría de su cuello y no lo dejaría partir hasta que hubiese entregado su vida a Cristo.” Venerable P. Bruno Lanteri Jesús, Buen Pastor, que has querido guiar a tu pueblo mediante el ministerio de los sacerdotes: ¡gracias por este regalo para tu Iglesia y para el mundo! Te pedimos por quienes has llamado a ser tus ministros: cuídalos y concédeles el ser fieles. Que sepan estar en medio y delante de tu pueblo, siguiendo tus huellas e irradiando tus mismos sentimientos. Te rogamos por quienes se están preparando para servir como pastores: que sean disponibles y generosos para dejarse moldear según tu corazón. Te pedimos por los jóvenes a quienes también hoy llamas: que sepan escucharte y tengan el coraje de responderte, que no sean indiferentes a tu mirada tierna y comprometedora, que te descubran como el verdadero Tesoro y estén dispuestos a dar la vida “hasta el extremo”. Te lo pedimos junto con María, nuestra Madre de Luján, y San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars, en este Año Sacerdotal. Amén. “Quien quiera algo que no sea Cristo,no sabe lo que quiere; quien pida algo que no sea Cristo, no sabe lo que pide; quien no trabaje por Cristo, no sabe lo que hace” San Felipe Neri Oración por las vocaciones Jesús que sientes compasión al ver la multitud que está como ovejas sin pastor, suscita, en nuestra Iglesia, una nueva primavera de vocaciones. Te pedimos que envíes: Sacerdotes según tu corazón que nos alimenten con el Pan de Tu Palabra y en la mesa de Tu Cuerpo y de Tu Sangre; Consagrados que, por su santidad, sean testigos de Tu Reino; Laicos que, en medio del mundo, den testimonio de ti con su vida y su palabra. Buen Pastor, fortalece a los que elegiste; y ayúdalos a crecer en el amor y santidad para que respondan plenamente a tu llamada. María, Madre de las vocaciones, ruega por nosotros. Amén. Oración por las vocaciones de Juan Pablo II Padre Bueno, en Cristo tu Hijo nos revelas tu amor, nos abrazas como a tus hijos y nos ofreces la posibilidad de descubrir, en tu voluntad, los rasgos de nuestro verdadero rostro. Padre santo, Tú nos llamas a ser santos como Tú eres santo. Te pedimos que nunca falten a tu Iglesia ministros y apóstoles santos que, con la palabra y con los sacramentos, preparen el camino para el encuentro contigo. Padre misericordioso, da a la Humanidad extraviada, hombres y mujeres, que, con el testimonio de una vida transfigurada, a imagen de tu Hijo, caminen alegremente con todos los demás hermanos y hermanas hacia la patria celestial. Padre nuestro, con la voz de tu Espíritu Santo, y confiando en la
materna intercesión de María, te pedimos ardientemente: manda a tu
Iglesia sacerdotes, que sean testimonios valientes de tu infinita
bondad. ¡Amén! ORACION POR LA SANTIFICACIÓN DE LOS SACERDOTES |