![]() El anciano dijo también al hermano, acerca del alma que quiere hacer penitencia: Había en cierta ciudad una hermosa meretriz que tenía muchos amantes. Fue uno de los hombres principales y le dijo: “Prométeme que vivirás cástamente, y te tomaré por mujer”. Ella se lo prometió. Él se casó con ella y la llevó a su casa. Sus amantes la buscaban, diciendo: “Ese hombre principal la tomó en su casa. Si nosotros vamos a su casa y se llega a enterar, nos condenará. Pero vayamos cerca de su casa, y silbemos, y ella, al conocer el silbido, bajará adonde estamos nosotros y seremos inocentes”. Pero al oír el silbido, se tapó ella los oídos y fue a una habitación interior, y cerró las puertas». Dijo el anciano que: - la meretriz es el alma - sus amantes son las pasiones y los hombres - el hombre principal es Cristo - la habitación interior es la morada eterna - los que silban son los malos demonios Pero el alma huye siempre adonde está el Señor (Abba Juan Colobos, Apotegmas de los Padres del desierto, Letra Iota, 17) |