San José, Padre y Señor nuestro, castísimo, limpísimo,
que has merecido llevar a Jesús Niño en tus brazos, y lavarle y abrazarle:
enséñanos a tratar a nuestro Dios, a ser limpios, dignos de ser otros Cristos.
Y ayúdanos a hacer y a enseñar, como Cristo, los caminos divinos —ocultos y
luminosos—, diciendo a los hombres que pueden, en la tierra, tener de continuo
una eficacia espiritual extraordinaria. Forja, 553 San Jose Maria Escriva de Balaguer Por Raul Alonso raul@catolicosfirmesensufe.org En estos días, en las redes sociales presencie un lamentable debate sobre si San José era virgen o no. Un bando defendía a ultranza que San José era sin lugar a dudas virgen, por lo que decían” “era lo que enseñaba la Iglesia”. Del otro bando había personas que afirmaban que eso no era una definición dogmatica, y presentaban a San José como una persona grande de edad, viudo y con hijos. Por lo que uno de los defensores calificaba de “herejes Helvidianos” a aquellos que negaran la Virginidad de San José. Solo para poner en
contexto el tema inicio con esta cita de San
Jerónimo contra el hereje Helvidio Lo que la Enciclopedia Católica dice sobre Helvidio es: Y § María tuvo hijos de José después del nacimiento virginal de Jesucristo; § desde un punto de vista religioso, el estado matrimonial no es inferior al celibato. Como vemos, a pesar de que San Jerónimo SI menciona la virginidad de San José, la Santa Iglesia no resalta ese tema como parte de la herejía de Helvidio. A lo largo de la historia de la Iglesia algunos padres de la Iglesia u otros personajes importantes han emitido su opinión al respecto. Veamos algunos Argumentos a favor de la virginidad de San José Ya puse la cita de San Jerónimo.
San Pedro Damián (1007-1072)
escribió: No parece que fuese suficiente que sólo la Madre fuese virgen; es de
fe de la Iglesia que también aquel
que hizo las veces de padre ha sido virgen. Nuestro Redentor ama tanto la
integridad del pudor florido, que no sólo nació de seno virginal, sino también
quiso ser tocado por un padre virgen. El Protoevangelio de Santiago (apócrifo), pone mucho cuidado en presentar a María como virgen intacta; dedicada por voto al Señor desde el seno materno, la niña es custodiada en el templo, es confiada al viudo José como "la Virgen del Señor" y ella misma proclama durante el embarazo: "Soy pura y no conozco varón"; supera la prueba de las aguas amargas, su parto es virginal, como lo comprueban la comadrona y Salomé. La Iglesia Ortodoxa toma esa cita y considera San José era viudo, y con ello explica el evangelio narra sobre los “hermanos de Jesús” La Iglesia Oriental (En
plenitud de comunión con Roma) también considera a un San José de avanzada
edad y viudo con hijos O sea hermanos en Cristo nuestros que son
tan católicos como nosotros. La iconografía no ayuda mucho, ya que usualmente no hay pinturas antiguas de San José, y las más antiguas lo pintan como un anciano, calvo y de aspecto desaliñado, según varios autores pintarlo así es un error para la dignidad de San José. Existe un cuadro labrado que explica la anunciación, y se ve a un sacerdote donde le entrega una vasija de agua, pareciera esta tomado de la narración del protoevangelio de Santiago, y del lado derecho se ve a María sobre un burro y San José llevando a María a Egipto. San José el castísimo esposo de María De San José la
Iglesia le califica no solo de casto esposo de María, sino castísimo. Algunas personas creen que castidad en los hombres es sinónimo de lo que es la virginidad para la mujer. Y no es así, para hombres y mujeres la virginidad se pierde al tener la primer relación sexual. Veamos que dice la Iglesia significa, del catecismo La castidad es la virtud que excluye o modera la indulgencia del apetito sexual. Es una forma de la virtud de la templanza, que controla de acuerdo con la recta razón el deseo y el uso de aquellas cosas que aportan los mayores placeres sensuales. ¿Se puede ser casto sin ser virgen? Si claro, veamos
del mismo catecismo: «Se nos enseña que hay tres formas de la virtud de la castidad: una de los esposos, otra de las viudas, la tercera de la virginidad. No alabamos a una con exclusión de las otras. [...] En esto la disciplina de la Iglesia es rica» (San Ambrosio, De viduis 23). Es sumamente importante resaltar y dejar claro que San José fue castísimo, porque jamás ni quiera pensó en consumar su matrimonio con la Santísima Virgen, la carne de este elegido de Dios estaba perfectamente sometida al espíritu: José, el justo, fue el más casto de los hombres. Ningún hombre fue más justo que San José, ni más humilde en su justicia; por eso ninguno le superó, o más aún, nadie lo igualó en Castidad. El hecho de haber sido elegido por Dios de entre la humanidad entera para ser el Esposo de María atestigua una Pureza más brillante que el sol
¿Fue San José Virgen o no? Aun cuando pareciera contradictorio lo que aquí he expuesto ya que no parece haber unidad sobre el tema, aun entre santos o por la Iglesia Ortodoxa u Oriental. Esto no debe de extrañarnos, hay aspectos que no son relevantes para nuestra Fe, o no se ha definido esa parte de la Revelación, y por ello sin atentar contra Verdades reveladas se puede opinar de una u otra manera sin caer en la herejía. Para entender mejor esto cito del Manual de Teología de Ludwig Ott: § 6. LAS VERDADES CATÓLICAS En conformidad con el fin del magisterio de la Iglesia, que es conservar íntegro el depósito de las verdades reveladas y darles una interpretación infalible (Dz 1800), constituyen el primero y principal objeto de sus enseñanzas 'las verdades y hechos inmediatamente revelados por Dios. Ahora bien, la autoridad infalible de la Iglesia se extiende también a todas aquellas verdades y hechos que son consecuencia o presupuesto necesarios de dichas verdades reveladas (objeto secundario). Tales doctrinas y hechos no revelados inmediata o formalmente pero tan íntimamente vinculados con las verdades de fe, que su impugnación pone en peligro la misma doctrina revelada, se designan con el nombre de verdades católicas (veritates catholicae) o. doctrinas de la Iglesia(doctrinae ecclesiasticae), cuando el magisterio de ésta se ha pronunciado sobre ellas, para diferenciarlas de las verdades divinas o enseñanzas divinas de la revelación (veritates vel doctrinae divinae). Han de ser aceptadas con asentimiento de fe que descansa en la autoridad del magisterio infalible de la Iglesia(fides ecclesiastica). § 7. LAS OPINIONES TEOLÓGICAS Las opiniones teológicas son pareceres personales de Ios teólogos, sobre temas de fe y costumbres, que no se hallan claramente atestiguados por la revelación y sobre los cuales el magisterio de la Iglesia no se ha pronunciado todavía. La autoridad de dichas opiniones depende del peso de sus razones (conexión con la doctrina revelada, actitud de la Iglesia) ; cf. Dz 1146. Una cuestión debatida cesa de ser objeto de libre disputa cuando el magisterio de la Iglesia se decide claramente en favor de una sentencia. Pío XII declara en la encíclica Humani generis (1950) «V si los sumos pontífices, en sus constituciones, de propósito pronuncian una sentencia en materia disputada, es evidente que, según la intención y voluntad de los mismos pontífices, esa cuestión no se puede tener ya como de libre discusión entre los teólogos»; Dz 3013. Conclusión sobre la Virginidad de San José No debemos de olvidar que los católicos de las Iglesias Orientales, en plena comunión con la Santa Sede cree que San José era un hombre viudo y con hijos previo al matrimonio con la Santísima Virgen, y nadie les recrimina por ello, ni se ha intentado cambiar eso ni se les ha pedido cambiar de creencia al respecto.
No puedo callar, y a título personal tocare el tema sobre estos tres aspectos. · Había personas anatemizando a aquellos a quienes les parecía acertada la teoría de que San José había sido viudo y con hijos, les llamaban “herejes helvidianos” · Y hablando de que si “era enseñanza de la Iglesia el aceptar la virginidad de San José” · La tergiversación de la Exhortación Apostólica Redemptoris Custos Vemos los dos primeros puntos de la mala apologética: ¿La anatemizarían de quien no acepta la teoría teológica de que San José era Virgen. Y es enseñanza de la Iglesia el afirmar San José era Virgen? Partamos primero en aceptar que ante la ausencia de una definición dogmatica de la Iglesia sobre el tema, solamente nos queda aceptar que se trata de un tema en donde hay opiniones teológicas. ¿Qué es una herejía? El Código de Derecho Canónico, que norma la vida de la comunidad católica, señala que «se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma» (Código de Derecho Canónico - CIC can. 751). De ordinario, "dogma" se refiere a una declaración dogmática, a una proposición que expresa alguna parte del contenido de la revelación divina y que es públicamente propuesta como tal por la Iglesia y, por lo tanto, a la que se lía de asentir por fe. Esta declaración se hace, bien a través del magisterio ordinario y universal de la Iglesia, bien del magisterio extraordinario e infalible. Por eso los artículos de los credos, así como los cánones de los concilios ecuménicos, deben ser reconocidos como expresión de los dogmas. ¿Hay en este tema alguna verdad revelada? No, de ninguna manera. ¿Es este tema sobre la virginidad de San José parte del contenido de la revelación divina y que es públicamente propuesta como tal por la Iglesia? Hemos probado que no se encuentra en absolutamente ninguna parte del catecismo o en los dogmas de la Iglesia que es de fe creer que San José era virgen. Por tanto NO es lo que la Iglesia enseña. Sino son teorías teológicas. Que si bien hacen muchísimo sentido, no dejan de ser teorías teológicas, y solo podrían cambiar de estatus si la Santa Iglesia así lo decide por medio de su Magisterio. La pregunta sería: ¿Pueden los Padres de la Iglesia o Santos emitir opiniones personales que no sean consistentes en el depósito de la Fe? La respuesta es SI, por ejemplo: El papa Juan XXII había pronunciado, en 1331 y 1332, tres sermones para los cardenales de la curia. En ellos había sostenido que las almas de los difuntos, incluso las muertas en gracia, quedaban todas en espera de entrar en el cielo hasta la segunda venida de Cristo, confortadas solamente con la visión de la humanidad santísima de Cristo. Esas almas estarían, en cierta manera, colocadas debajo del altar (cf. Ap. 6,9), como queriendo decir que estaban en expectativa, como en una especie de limbo de los justos. En 1333 llegó incluso a publicar un opúsculo defendiendo estas tesis. Esto produjo una gran inquietud en los cardenales, que se reunieron con el papa varias veces. Entonces el papa declaró que aquella opinión suya la había dicho como autor privado. Además, poco antes de morir rectificó los puntos de vista.” (Ilanes, J. Historia de la teología. P. 99). Clemente de Alejandria en su obra STROMATA cita de libros apócrifos como por ejemplo
Se afirmo que esta cita nos confirma ambos, San Jose y Maria eran vírgenes:
Quien usa esta cita asume en ella el Santo Juan Pablo II está hablando de la virginidad de ambos; Sin embargo se debe de entender el contexto de lo que quiere decir. Cuando dice “aquel matrimonio se ha CONSERVADO la Virginidad” no habla de que en ambos se ha conservado la virginidad, sino que en ese matrimonio se ha conservado la virginidad DE MARIA. ¿Por qué concluyo eso? Porque a continuación
de esa afirmación Juan Pablo II nos da una lista de citas, en donde se habla de
la virginidad de Maria. Ejemplo:
Ni en esta exhortación, ni en ningún otro documento San Juan Pablo II toco el tema de la Virginidad de San José. Conclusión Como sabemos, la concepción del Verbo divino en las entrañas virginales de María se hizo en virtud de una acción milagrosa del E.S., sin intervención alguna de San. José Lo dice expresamente el Evangelio y es uno de los dogmas fundamentales de nuestra fe católica: la virginidad perpetua de María. Y citando las bellas
palabras de Leon XIII en su encíclica QUAMQUAM PLURIES No existe una declaración
magisterial sobre el tema de su virginidad o su ausencia. Dentro de la Santa
Iglesia Católica hay opiniones teológicas muy respetables tanto a favor y en
contra. Y nadie en la Iglesia puede asumir el papel que solo le corresponde al
Magisterio, nadie puede crear un dogma, ni puede llamar hereje a los hermanos
que no aceptan una u otra teoría teológica. Y el día en el que el Magisterio de
la Iglesia decidiera declararse al respecto, en ese momento todos debemos de
aceptarlo, hoy no es el caso Bendiciones en Cristo y María Santísima Theotokos
Fuentes http://www.eltestigofiel.org/lectura/padres.php?idu=o41
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