“Imitación de Cristo” de Tomás de Kempis, Tercera Parte, Capítulo LI: “Cristo:
Entonces conviene que te ocupes en obras humildes y exteriores
contentándote con hacer buenas obras; y mientras esperas mi visita con
firme confianza, debes soportar con paciencia tu destino y la sequedad
del espíritu, hasta que de nuevo recibas mi visita y seas liberado de
todas las angustias. Porque haré que te olvides de tus sufrimientos y
disfrutes de la paz interior; extenderé ante Ti los campos de las
Escrituras Sagradas para que con gran ánimo empieces a correr por el
camino de mis mandamientos. Entonces dirás: No son comparables los
padecimientos de esta vida, con la Gloria futura que se manifestará en
nosotros (Rm 8,18)." |